viernes, 24 de diciembre de 2010

Se adelanto la Navidad

SE ADELANTO LA NAVIDAD.. En S. Juan (Aldea de S. Pablo-Guatemala)

Ayer, 22 de Diciembre, tuve la oportunidad de celebrar la Navidad en una de las 48 Aldeas, que circundan el municipio de S. Pablo y Parroquia. Se llama S. Juan. Participaban también otras Aldeas, como Nueva Italia…En medio de las montañas, entre ríos y cascadas, en medio de una Hulera ( árboles que les sacan el caucho), cafetales y milpas, debajo de unas láminas del frente de una casa, hermanos y hermanas sentados en unos tablones que hacían de bancos, esperaban pacientemente la llegada del hermano Chema, que venía a sustituir al cura de S. Pablo.

Ancianos y ancianas, niños y niñas, mamás jóvenes, alguna dando de amamantar a su niño, jóvenes cantando y participando, adultos de pie atentos a lo que se celebraba, cohetes, música, sencillez, alegría, pobreza compartida, las gallinas, las ovejas, los perros andaban también pendientes de la fiesta… El Nacimiento viviente que se palpaba, escuchaban atentos el mensaje, recibían con una fe y ternura la comunión, oraban unos por otros.

No pude menos de gritar con alegría” Gloria a Dios en esta tierra, entre ustedes, y Paz, ternura, consuelo, alegría, amor y solidaridad entre todos los que Dios ama y les lleva en su corazón, y nos entrega la Luz, la esperanza de seguir viviendo, la fortaleza y el ánimo para seguir luchando por la Justicia, el que reconcilia, perdona y ama de corazón en su hijo, Jesús, el Salvador y el liberador de todas las esclavitudes.

BIENVENIDO NIÑO DIOS. Estad alegres, cantad, porque Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.Y como resultado de esa contemplación de la Navidad, que solo los humildes, sencillos y pobres pueden “sentir y ver” venía un compartir solidario entre todos al finalizar la Eucaristía, con un buen tamal y un jugo de limón.Dulces para los niños, cohetes, alegría sana, ojos abiertos, corazón cargado de ternura y cariño… que más puedo pedir. Nada Señor.

Gracias por haberme dado esta oportunidad.Solo entre los sencillos, los pobres, los desprendidos, y excluidos de esta tierra, se puede “contemplar el misterio de la Navidad.” Al asemejarnos al Salvador, estamos más cerca de entender y vivir este misterio de amor a la humanidad.

Un Abrazo en el Dios de la vida y del amor revelado en Jesucristo

SalvadorChema sds.

martes, 21 de diciembre de 2010

Mi cámara y el Pesebre

Hoy lloré al ver una foto que tomé en Guatemala hace unas semanas.

Esa noche caminaba tomada del brazo de dos curas que se han vuelto parte de mi historia y que trabajan en esas tierras que tanto significado han cobrado para mí. Caminábamos por la ciudad Antigua en el área del mercado. Mis emociones andaban revueltas ante el encuentro con la realidad del pobre que siempre me toca el corazón.

Andaba con mi cámara y con mis impertinencias de llevar grabado todo lo vivido comencé a retratar los puestos de frutas y víveres. Sorprendida de que apenas empezando noviembre por aquellas tierras al igual que por acá ya estuviesen vendiendo cachivaches de navidad. Y no en Kmart ni Wallmart sino en puestitos de madera y zinc.

Hoy me percaté de una de mis fotos donde pretendía retratar un puesto de frutas que atendía una mujer indígena. Me quedé sorprendida al descubrir en la foto, que la mujer salió con el rostro cubierto por un paño. Y sentí una profunda vergüenza ante mi osadía de tomar aquella foto con tal rapidez que ni siquiera pensé en pedir su permiso, peor aun ni siquiera me percaté que se estaba tapando la cara mientras yo la retrataba.

No sólo sentí vergüenza, también sentí que por más que digo tener solidaridad con mis hermanos en necesidad. Por más que hablo de la justicia social y la erradicación de la pobreza, en ese momento fui indiferente ante la realidad que tenia frente a mí. Pasaron por mi mente tantas cosas sobre la vida de esa mujer que en aquel momento ni me imaginé. Pensé en su historia, cuánto dolor habría pasado en su crecimiento, pensé en sus condiciones de vida, la pobreza que está acabando con el pueblo indígena que tanto ha aportado a la historia de Guatemala.

Pensé en sus hijos y en las muchas horas que tal vez tenga que invertir en el mercado para poder sostenerlos. Pensé en su vivienda, su salud, su educación, su relación de pareja en un país donde la violencia doméstica también es parte del pan de cada día. Así mismo pensé que podría ser una mujer realizada, feliz y llena de esperanzas, sólo Dios y ella sabrán.

Y yo con mi cámara me atreví a invadir su vida, yo que he defendido la dignidad de todo ser humano pero en especial de la mujer oprimida. Quizás estaba tan ensimismada en mi viaje por aquellos lares que me olvidé en ese momento de la sensibilidad que requiere pisar esos lugares santos donde el pueblo pobre hace la lucha de cada día.

Lloré frente a mi necedad y ante el dolor del pueblo Guatemalteco. Lloré ante el respeto que merecen mis dos amigos curas y otros amigos (as) que trabajan a brazo partido en este y otros países con aquellos que han sido llamado los preferidos.

De viaje lloré por los niños que vi en las calles vendiendo todo tipo de cosas y pidiendo dinero, con rostros que reflejaban tristeza y quien sabe si hambre. Por las siembras que vi y los sembradores (as) metidos dentro de ellas a puro sol helado, para cultivar lo que tal vez venderían en el mercado. Lloré por todos los pueblos donde la injusticia ha tomado forma cotidiana hasta el punto de retratarla descaradamente sin siquiera reflexionarla.

Y por qué no decirlo, también lloré por todos mis excesos, por este materialismo que pone por encima de la persona hasta una cámara y que se empeña en seducirnos llevándonos a perder el amor por nuestros pueblos hermanos, mientras hay tantos niños, mujeres y hombres con hambre y sed de justicia. Materialismo que tiene variadas formas y que nos ha llevado a vivir para alimentar nuestra propia hambre de felicidad con todo tipo de cachivaches como los que vi en aquel mercado.

Comparto contigo mi reflexión a modo de confesión, pues como decimos a los muchachos en el Centro, hay que reparar la deshonestidad y sería deshonesto haber descubierto esta falta y permanecer indiferente. A través de ti hago llegar a mi hermana indígena y a los miles de pueblos indígenas y campesinos mis respetos y mi agradecimiento ante la renovada conciencia que hoy me regalan.

De viaje aprovecho para purificar mi pesebre de cara a una nueva Navidad que nos proclama que es entre esos pueblos precisamente que el Salvador eligió nacer…

Lourdes Ortiz

martes, 19 de octubre de 2010

El Cielo y la Convivencia…

El miércoles pasado estuvimos de Convivencia con nuestros “cangris”. La experiencia es una de las más importantes dentro de nuestro modelo de servicios basado en la sanación de la autoestima. Sin embargo para los que servimos en ella resulta un reto tan alto como los postes de de Eco Mountain que subimos con los participantes.


Días antes de ir de Convivencia suelen invadirme ciertas sensaciones que me sirven de preparación para la donación que nos pide el amor. Por un lado la alegría de saber que vamos a tocar esas almas para ayudarlos a descubrir el valor de la vida y el potencial dormido producto del dolor que les ha tocado cargar. La convicción de saber que cada vida que se redescubre le da una esperanza al mundo.


Por otro lado me toca manejar la angustia de saber que vamos a adentrarnos en lo que llamo el “twilight zone” donde podemos encontrar todo tipo de historias y experiencias que siempre nos conmueven las entrañas. Por más que una se trata de preparar, resulta inconcebible y extremadamente doloroso lo que encontramos en el proceso.


Camino a la convivencia el pasado miércoles en la mañana, me recibió un cielo de esos que pocas veces se asoma. Un cielo que me hizo detenerme a contemplarlo impresionada ante sus colores y formas. Al detenerme sentí que me hice una con el color rosado, con aquella inmensidad que parecía no tener fin. Me invadió una profunda serenidad que guío cada paso que di en la experiencia junto con la certeza de que seriamos guiados desde lo alto y desde la tierra ante la opción de servir a los preferidos.


Así fue, en medio de la oscuridad a la que nos toca penetrar para llevar la luz, en medio de las historias que tocó escuchar, acogiendo el llanto y los gritos ante la hambruna de amor que está secando la vida de nuestros jóvenes, todos en el equipo mantuvimos la serenidad. Pudimos caminar de la mano de nuestros muchachos, desenmascarando cada idea falsa, cada situación de abandono, maltrato y abuso sin que nos temblaran las manos o el corazón.


Pude confirmar que el amor es la diferencia entre vida y la muerte del ser humano. “Sólo el amor” como dice la canción de Silvio Rodríguez. Sister Isolina Ferré descubrió que tocaba crear espacios para fabricar amor, para liberar el amor en una época donde la peor agonía de nuestro pueblo no es la recesión económica sino el individualismo materialista que sentencia a la soledad y al abandono a todo aquello o aquellos que no ofrezcan ganancia. Todo aquello que no enriquezca los becerros de oro que adoramos.


A muchos de nuestros jóvenes les ha tocado la secuela de ésta manera como hemos decidido vivir. Ellos conocen y se mueven en las reglas calle, saben lo que es la marginación, la pobreza extrema. Saben lo que es vivir encerrados en cuartos mientras pasan hambre, dormir en callejones, trabajar en puntos de drogas para llevar comida a sus hermanos. Ellos saben de armas, de droga, de profunda soledad y han tenido que enmascarar sus vidas con tatuajes, corajes y toda clase de anestesiantes para poder aguantar el dolor en el que les ha tocado vivir.


Y hay quien se atreve a llamarlos delincuentes, hay quien se atreve a juzgarlos porque usen palabras que ante la sociedad son obscenas. Palabras como “cabrón y puñeta” que he descubierto encierran una protesta silenciosa pero más profunda que las muchas protestas que a diario se viven en este país. Palabras que llamamos “malas” cuando las verdaderas palabras malas son maltrato, corrupción, marginación, violación... Y en esa protesta nosotros elegimos marchar cada día. En la calle, entre los puntos de droga, en el barrio, los tribunales, los hospitales, con ellos y desde ellos. Porque sabemos lo que en verdad son y nuestra misión es que lo descubran.


“Hay que estar allí para entender lo que es la Convivencia” me decía un facilitador en estos días. “Hay que escuchar lo que han vivido para poder entender sus conductas”. Y sobre todo hay que convivir con ellos para descubrir toda la grandeza que encierran, grandeza ante la el que oro y la plata pierden su valor. Hay que verlos jugar, escucharlos cantar, abrazar, hablar de cambios, de esperanzas, de sueños. Hay que ver al más candela que ha dado pasar los tres días en la cocina ayudando con los alimentos, sirviendo a sus compañeros. Al que más lios ha tenido en la calle dando consejos de porque la calle no vale la pena. A la que más “palis” se ha tomado hablando de sus metas y los pasos para alcanzarlas.


Y vuelvo mi mirada al cielo… me parece que el cielo celebra la esperanza de la tierra, confabula junto al amor que busca el lugar que le corresponde. El cielo sabe la grandeza que encierra el corazón de la juventud y por eso en esa mañana rumbo a la Convivencia se quiso hacer compañía para el camino…

Be A Queen!

Be a queen. Dare to be different. Be a pioneer. Be a leader. Be the kind of woman who in the face of adversity will continue to embrace life and walk fearlessly toward the challenge. Take it on! Be a truth seeker and rule your domain, whatever it is … your home, your office, your family with a loving heart.

Be a queen. Be tender. Continue to give birth to new ideas and rejoice in your womanhood … My prayer is that we will stop wasting time being mundane and mediocre … We are daughters of God … here to teach the world how to love … It doesn’t matter what you’ve been through, where you come from, who your parents are nor your social or economic status.

None of that matters. What matters is how you choose to love, how you choose to express that love through your work, through your family, through what you have to give to the world …

Be a queen.
Own your power and your glory!

Oprah Winfrey

sábado, 31 de julio de 2010

Profetas de un futuro que no es nuestro

Profetas de un futuro que no es nuestro
De vez en cuando, dar un paso atrás nos ayuda
a tomar una perspectiva mejor.
El Reino no sólo esta más allá de nuestros esfuerzos,
sino incluso más allá de nuestra visión.

Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte
de esa magnífica empresa que es la obra de Dios.

Nada de lo que hacemos está acabado,
lo que significa que el Reino está siempre ante nosotros.
Ninguna declaración dice todo lo que podría decirse.

Ninguna oración puede expresar plenamente nuestra fe.
Ninguna confesión trae la perfección,
ninguna visita pastoral trae la integridad.
Ningún programa realiza la misión de la Iglesia.
En ningún esquema de metas y objetivos se incluye todo.

Esto es lo que intentamos hacer:
plantamos semillas que un día crecerán;
regamos semillas ya plantadas,
sabiendo que son promesa de futuro.

Sentamos bases que necesitarán un mayor desarrollo.
Los efectos de la levadura que proporcionamos
van más allá de nuestras posibilidades.

No podemos hacerlo todo y,
al darnos cuenta de ello, sentimos una cierta liberación.
Ella nos capacita a hacer algo, y a hacerlo muy bien.
Puede que sea incompleto, pero es un principio,
un paso en el camino,
una ocasión para que entre la gracia del Señor
y haga el resto.
Es posible que no veamos nunca los resultados finales,
pero esa es la diferencia entre
el jefe de obras y el albañil.

Somos albañiles, no jefe de obra,
ministros, no el Mesías.
Somos profetas de un futuro que no es nuestro. Amen.


Mons. Oscar Romero

domingo, 18 de abril de 2010

Reafirmacciones en la madrugada

Me parece que ya no hay otra, o el amor o la nada…

Todavía no me es posible aceptar que existan padres, tíos, abuelos hayan abusado o estén abusando de niños (as) menores de edad. Al igual que no puedo aceptar que la iglesia este cuidando su imagen amparándose en los muchos abusadores sexuales que no se “tocan” mientras que a ellos los atacan. No logro comprender esa postura que no sé si podría ser mas dañina para las víctimas que el mismo abuso. Hay tantas cosas que no logro entender y que hacen que mis esquemas se estrellen ante lo que el amor me enseña y que aun no logro encarnar. Pero en esta noche si sigo escribiendo sobre estas carencias de nuestra historia o las mías, terminaría gastando la batería de mi lap top una vez más rindiendo atención las sombras, cuando estamos en tiempo de luz.

No puedo ir al descanso sin hacer mi declaración de principios ante lo que estoy convencida es el antídoto que nos urge tomar, que me urge tomar para manejar mi vida lacerada e irradiar esperanzas entre quienes me rodean. Leyendo la palabra volví a encontrarme con Jesús y su vida en comunidad, que me parece era una de sus actividades preferidas. Sí tenía ratos de oración, sí se reunía con sus discípulos (en comunidad) pero ciertamente sus acciones se distinguían por ese “ser” en medio de sus hermanos y compartir con ellos el pan. Hoy me muestra una vez más su manera de acoger a sus discípulos faltos de fe como yo y con firmeza dirigirlos hacia atender las necesidades de la comunidad. Y así alimentaron a los cinco o cinco mil o 5 millones, da igual. Lo importante es que los alimentó y sobró. Esta experiencia me pone de nuevo frente al proyecto de vida donde esa opción por el amor es una radical opción por la comunidad, la fraternidad, el encuentro con el otro.

Hoy me acuesto soñando con esa gran comunidad planetaria, donde va a existir espacio para los abusadores, criminales, adictos, pedófilos y para mí.

No veo otra, no veo otra… No veo que los sistemas económicos puedan organizarse si no miran el todo y a todos. Si no toman en cuenta las favelas, las barriadas, los caseríos a los pobres. Pero tampoco veo que puedan lograrlo desde un socialismo igualmente individualista que ya ha fracasado. No veo que las iglesias puedan responder al ansia humana desde las jerarquías y diezmos. Desde esas Elites a las cuales también pertenezco y donde a veces creemos “saber". Si no acabamos de entender la esencia del ser humano y desde ahí proponer la nueva civilización.

Entonces creo que el amor o nada. Ese amor que nace despacito entre aquellos que se ofrecen una nueva mirada y descubren que son lo mismo. Que descubren que son parte de un todo que los entrelaza. Que descubren las fuerzas que se cobran desde el encuentro con el otro y más si ese encuentro se da desde la desnudez del corazón.

Y me gozo saber que mis compadres se reúnen con frecuencia con sus vecinos en un barrio a conversar o compartir algunos entremeses. Celebro los matrimonios que como el nuestro van construyendo la comunión como puente de la vocación. Y veo gran esperanza en las comunidades religiosas que van descubriendo que ya toca celebrar el año de la comunión entre los religiosos y encaminan sus pasos a superar los encierros y máscaras en las que se vive. Y celebro a todos aquellos que van descubriendo que sólo desde el otro se realiza lo propio, aunque cueste morir a lo que se ha creído que se es. Celebro aquellos que han descubierto que el verdadero placer e intimidad, más que el sexual, se da cuando juntos descubrimos que nuestras vidas rotas y cocidas por el amor de Dios son elevadas a un nuevo plano tanto o más placentero que un acto sexual.

Pero más que nada, en esta noche celebro la vivencia de los que se atreven a apostar al amor como proyecto de vida. Aquellos que han descubierto que es mejor vivir aspirando alcanzar aquello que nos realiza y en ello nos vamos realizando. Que morir disertando sobre el amor que necesariamente es relación, desde la cueva a donde nos ha encajonado el miedo terrible que nos hace creer que está mal ser lo que de verdad somos. Miedo que conozco bien y no deseo que me robe la oportunidad de ser libre que me brinda el maestro quien en esta pascua me ha demostrado que es posible una nueva vida. Ese miedo que nos lleva a conformarnos con vivir a medias y nos pone un velo que no nos deja ver los milagros que se dan al compartir con el otro el pan en el camino.

Y esta noche descanso y me reafirmo para ganar fuerzas para mañana…

domingo, 4 de abril de 2010

El Cielo y nuestros muertos

El otro día camino al Centro pude observar uno de esos cielos que me dejan fascinada y que me cuesta describir. Hubo algunos compañeros que lo pudieron ver y luego comentamos esa bendición para iniciar el día. Mientras observaba la forma de las nubes me percaté que había una escalera de nubes tan bien formada que invitaba a subir. De momento mi corazón se inquietó y sentí que el cielo me estaba preparando para alguna noticia de esas que me resisto a recibir.

Tan pronto llegué al Centro recibí la noticia; la noche anterior habían tiroteado a uno de los jóvenes del barrio de once tiros. Otra muerte producto de la calle y el trasiego de drogas en el barrio. Sólo pude pensar en la escalera de nubes y en mi concepto del Dios amoroso.

No lloré, no dije más, seguí trabajando sin dar paso… luego abracé profundamente a uno de los hermanos, a quien estamos tratando de retar a un cambio sabiendo que estamos a las menos cinco.

Hoy estuve en un taller sobre temas de salud donde muchos doctores y expertos nos hablaban de modelos que han funcionado en otros países para el problema de las drogas. Los de aquí nos compartían de las luchas que se siguen haciendo, pues ni una política pública salubristas existe. Nos hablaban de asociaciones y cosas que no me sonaban a nada concreto para poder llevar a mis muchachos que ya están usando las drogas y mucho menos para los que las trafican. De momento me sentí entre gentes (incluyéndome) con muchos doctorados y llenos de conocimientos con las manos atadas frente a un sistema que ha criminalizado la pobreza y la adición a drogas y no quiere moverse hacia la solución de la problemática. Lo peor es que existen toda clase de investigaciones y data que dice la dirección que debe seguirse para tratar al adicto, pero vamos a paso de tortuga mientras toda la muerte, violencia y destrucción alrededor de las drogas sigue arrasando en el país.

Mientras escuchaba a los conferenciantes, volvía mi mente al barrio, a ese chico por el que aún no he votado una lágrima, quizás se me pegó de él. Nunca participó formalmente del Centro pues se negaba a recibir nuestros servicios por más que tratamos…quien sabe si para no tener que hablar… Hace poco al salir de la cárcel por, pasó a saludarme y me hizo su declaración de cambios junto con la narración de los horrores vividos en el lugar donde rehabilitan a los delincuentes. Acordamos que podríamos apoyarle desde nuestras reglas, pero parece que ya era tarde…

Y con la mente un poco en blanco en esta tarde, hago mi declaración de seguir. Repaso la vida de aquellos que hemos perdido, pues nuestra misión educativa con jóvenes desertores escolares, es en realidad con muchos que han desertado de la vida y de todo sentido de esperanza de algo bueno para ellos. Todos los que hemos perdido en la calle tienen una historia, eso quizás sea lo peor para los que les hemos acompañado. Conocer estas historias y la impotencia, la rabia ante tanta injusticia y el no poder lograr que todos alcancen su plenitud. Porque estoy convencida que todos son buenos.

Y llegan a mi mente los que si lo van logrando. Los que han dejado el punto con historias y condiciones de vida iguales a las de este joven que hoy entregamos. Los que han salido adelante y demuestran que si se puede. Y reafirmo que debemos seguir la misión, es lo que Sister Isolina nos diría “hay que seguir hasta que nuestros pies no puedan más”

Quiero creer que todos los proyectos de ley que están en vía de aprobarse junto a los que se han de gestar en base a un enfoque integral del ser humano para atender la problemática de las drogas, serán aprobados por la legislatura. Quiero creer que los programas de metadona y otros con medicación serán reforzados para que los que participan no tengan que completar lo que no les dan allí con lo que les ofrece el punto. Quiero creer que se crearán más programas de detox y habrá camas suficientes para aquel que decida recibir ayuda. Que dejaremos de ver a los adictos como tecatos, que dejaremos de criminalizarlos y los veremos como enfermos.

Pero sobre todo quiero creer que todos los que estamos por vocación, profesión o religión atendiendo a estas poblaciones vamos a mantener la sensibilidad. Vamos a mantener la esperanza contra toda esperanza y vamos a estar allí para ellos una y otra vez y por amor vamos a seguir defendiendo sus oportunidades de tratamientos, estudio, trabajo y derecho a una vida digna.

Finalmente miro la escalera de nubes y veo al chico subir por ella con sus pantalones caídos, tenis de botas sin medias, sus tatuajes y su pelo rubio rizado tipo afro y por fin puedo llorarlo…

domingo, 7 de marzo de 2010

Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Cuando pienso en la celebración de la semana de la mujer mi pensamiento vuela a ese mundo que sueño, donde todos (as) vivamos en la plenitud para la que fuimos creados.

Cuando pienso en la semana de la mujer vienen a mi mente demasiados momentos compartidos con mujeres que han sido parte de lo que hoy soy y me han mostrado lo que es ser mujer.

Cuando pienso en la semana de la mujer miro a mi alrededor y veo tantas manifestaciones de la vida. De esa vida que tiene rostro femenino. Veo que aunque nuestro planeta amenaza con detenerse, gracias a esas mujeres que no se detienen, la tierra sigue dando vueltas y respirando.

Y veo tantos rostros cercanos, más distantes y muy distantes que me hablan de lo que es la mujer. La mujer trabajadora en sus muchas manifestaciones. La mujer de entregas radicales a lo que cree y sueña.

La mujer que todos los días se levanta a hacer la patria en muchas ocasiones de maneras inimaginables. Las he visto en las oficinas, en las tiendas, en las iglesias. Las he visto en las escuelas y universidades, en las calles, en el gobierno. En las luchas comunitarias, las que defienden los derechos de los seres humanos, del ambiente, de la educación. Las que trabajan incansablemente por la justicia y la paz.

Las que acompañan a los que sufren, las que están con el amigo (a) y dicen esas palabras que se necesitan. Las que saben guardar silencio para escuchar.

Las he visto en los hogares, precisamente tratando de que no dejen de ser hogares, haciendo tareas, asignaciones, dando consejos, escuchando, llorando, amando.

Las he visto en los sembradíos, cargando leña para que no se apague el fogón, en los ríos lavando ropa, en los suburbios de cualquier país buscándoselas como mejor se pueda para conseguir el pan.

Las he visto buscando ser compañía, ser amadas y poder amar a un compañero que construya junto a ella ese amor que anda en peligro de extinción.

Dolorosamente, también las he visto ultrajadas, maltratadas, engañadas, abusadas por aquellos en quienes más confiaron.

Las he visto expulsadas de sus hogares, las he visto con adicciones, con depresiones y corajes ante la falta de una vida digna. Con interrogantes sobre la vida, con cuestionamientos sobre la verdad de ser mujer versus los falsos esquemas que desvirtúan esa verdad.

Las he visto en muchas manifestaciones, pero con la certeza de que todas reflejan ese rostro de mujer ante el cual hoy rindo homenaje.

Seres creados por Dios por las cuales hoy y siempre agradezco y celebro. Por sus vidas, por las vidas que han parido y las que han ayudado a parir, por las gestas que han protagonizado, porque siguen diciendo sí y fabrican esperanzas.

Mujeres por las cuales pido hoy , para que sean cada día más libres, para que en medio de estos tiempos de amenazas puedan seguir amando y trabajando. Para que reciban la justicia y la equidad que merecen como seres humanos y como mujeres. Para que no dejen de enseñarme lo que es ser mujer.

Lourdes Ortiz

domingo, 31 de enero de 2010

Suéltate!

Cada vez que visito al médico Ruso Chino que me endereza los entuertos de mi espalda tengo que despojarme. Hoy estuve con él y mientras me quitaba, los aretes, la cadena, las sortijas, el reloj, los zapatos etc. me vino a la mente el pensamiento de los excesos de equipaje que cargo y de los cuales estoy determinada más que nunca a descalzarme. Mientras esperaba por el masajista repasaba que últimamente he tenido la mente demasiado cargada de ideas y emociones toxicas que me alejan del espíritu de bien, que me confunden y restan fuerzas. He permitido que la claridad que poseo sobre lo que es el amor de Dios se me enrede al no comprender cosas, sucesos y personas que me rodean. He pospuesto decisiones, acciones y nuevos senderos por miedos, por esperas y resistencias al cambio.

De momento en el silencio de aquel cuarto sentí cerca de mi oído una voz diciéndome Suéltate! Y literalmente quise salir a caminar descalza y sin nada encima. Pero me di cuenta que lo que me toca descalzar está muy muy adentro de mí. Recordé que hace unos días alguien me decía que yo le había hecho un exorcismo y que se sentía mucho más libre. Pensé que ese mismo exorcismo que no es otra cosa que combatir las mentiras y los miedos que nos paralizan y encadenan, era lo que yo estaba necesitando.

Para enderezarme la espalda el pobre hombre hizo un esfuerzo extraordinario, era como si estuviese exorcizando los músculos y huesos, lugar a donde van a parar todas mis tensiones y preocupaciones. Las reales y las imaginarias. Al salir de las manos de Jackub miré el cielo y observé a la luna escondida entre las nubes y con una forma que parecía precisamente una de ellas. La luna me mostró como hay que cambiar de forma y revestirse del nuevo amanecer. Como hay que dejar atrás el día que pasó y gustar cada experiencia que nos llega ante la llegada de cada nuevo día. Y algo se desató en mi mente y lo experimenté. De camino al trabajo, aunque iba tarde, ayudé a un anciano a buscar una gasolinera pues estaba casi sin gasolina y se había detenido, lo llevé al barrio y luego le expliqué como regresar a la avenida. El no dejaba de mirarme sorprendido y me preguntó porque lo había ayudado, a lo cual contesté “porque ambos somos hijos de Dios”. Mi respuesta me confirmó que algo nuevo me estaba regalando Dios en este día para poder donarme más.

El día corrió con su natural fluir, pero sentí de manera especial, cada abrazo, cada juego con los nenes del Centro, cada frase positiva que me regalaron, así como cada momento de conflicto y cada desvarío. La cena con mi amado fue extraordinaria a pesar de ser muy sencilla. Me sentía como una reina y justo hoy celebrabamos el amor que se nos ha regalado.

En la tarde reflexionaba en que luego de cada combate con el mal, toca una nueva gracia y vino a mente la palabra metanoia y sentí este deseo del deseo (San Ignacio) que anhelo siga creciendo dentro de mí y para lo cual debo estar dispuesta a desprenderme de todo.

sábado, 23 de enero de 2010

Con Haití

Hoy es de esos días que no se bien donde tengo la cabeza. Esta mañana la noticia del terremoto en Haití fue como si hubiese sido en mi cabeza. Pasé un rato de la mañana tratando de conversar con Dios hasta que me di cuenta que lo que en realidad estaba haciendo era forcejeando con él ante esas cosas que no logro entender. Haití, coño, Haití. Los más pobres y olvidados de este lado del mundo. El país hermano con el que todos tenemos deuda. Pasaron por mi mente las imágenes de nuestro encuentro con esta cultura y su buena gente y el dolor en el que viven cada día. Los rostros de los niños de la frontera que me sonreían en medio de esa pobreza que exprime el corazón.

Recuerdo la alegría con la que la Sor Encarnación me narraba sobre el almuerzo de navidad que celebró en los bateyes con los haitianos hace unos días, para el cual nosotros pusimos un granito de arena. Me hablaba sobre el agradecimiento que mostraban por un plato de arroz o un chocolate. Hoy imagino que todos estos amigos lloran la muerte y desolación de su pueblo o quien sabe si canten entre lágrimas como hacen cuando alguien de los suyos fallece.

No he querido ver las imágenes de la televisión, sólo lo que llega por internet, porque no creo que pueda ver esa devastación, porque no sé que haría conmigo ante la culpa y el dolor de ese desastre que de antemano sabemos que no será bien atendido. A media mañana y en medio de un día intenso, logré resolver con Dios reconociendo que esta destrucción masiva que estamos haciendo del medio ambiente seguirá trastocando la vida, y cosas más grande veremos que serán consecuencias de nuestras propias acciones. Bueno aun no sé si resolví con Dios del todo, pero si creo que él está en medio de ellos, allí donde yo quisiera estar. La rabia y el dolor anidan en mi alma en esta noche de no saber cuántos siguen entre los escombros, cuántos vagan por las calles desoladas entre gritos, dolor y sangre. Cuántos niños como esos que he cargado en mis brazos lloran desolados al no encontrar a sus padres, cuántos, cuántos…

Y sé que no faltará consuelo, esperanza. Sé que el amor de Dios se hará presente en el buen corazón de tantas personas que trabajan por la vida y se aliviará este sufrimiento, el que se pueda aliviar. Pero no dejo de preguntarme cuándo nos detendremos y retomaremos el rumbo de lo que es el ser humano y dejaremos de morirnos en vida por ese maldito egoísmo que nos aleja de nuestra esencia.

Y me reafirmo en el llamado al amor, porque no me da la gana de quedarme en la derrota, mudo mi dolor de esta noche del lado de lo que seguiremos en la trinchera hasta que nuestros pies no puedan más. Y con todos ellos viajo a Haití y me hago una con (as) nuestros (as) hermanos (as) haitianos…

Datos personales

Mi foto
Puerto Rico
Bienvenido (a) este espacio de compartir aquello que me dice el amor luego de veinte años de convivir con el dolor y las luchas de mujeres y hombres en Puerto Rico y más allá de nuestras fronteras. Quienes con sus vidas me han ofrecido profundas lecciones sobre lo que es la vida y las razones para seguir apostando al amor como única respuesta...