domingo, 7 de marzo de 2010

Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Cuando pienso en la celebración de la semana de la mujer mi pensamiento vuela a ese mundo que sueño, donde todos (as) vivamos en la plenitud para la que fuimos creados.

Cuando pienso en la semana de la mujer vienen a mi mente demasiados momentos compartidos con mujeres que han sido parte de lo que hoy soy y me han mostrado lo que es ser mujer.

Cuando pienso en la semana de la mujer miro a mi alrededor y veo tantas manifestaciones de la vida. De esa vida que tiene rostro femenino. Veo que aunque nuestro planeta amenaza con detenerse, gracias a esas mujeres que no se detienen, la tierra sigue dando vueltas y respirando.

Y veo tantos rostros cercanos, más distantes y muy distantes que me hablan de lo que es la mujer. La mujer trabajadora en sus muchas manifestaciones. La mujer de entregas radicales a lo que cree y sueña.

La mujer que todos los días se levanta a hacer la patria en muchas ocasiones de maneras inimaginables. Las he visto en las oficinas, en las tiendas, en las iglesias. Las he visto en las escuelas y universidades, en las calles, en el gobierno. En las luchas comunitarias, las que defienden los derechos de los seres humanos, del ambiente, de la educación. Las que trabajan incansablemente por la justicia y la paz.

Las que acompañan a los que sufren, las que están con el amigo (a) y dicen esas palabras que se necesitan. Las que saben guardar silencio para escuchar.

Las he visto en los hogares, precisamente tratando de que no dejen de ser hogares, haciendo tareas, asignaciones, dando consejos, escuchando, llorando, amando.

Las he visto en los sembradíos, cargando leña para que no se apague el fogón, en los ríos lavando ropa, en los suburbios de cualquier país buscándoselas como mejor se pueda para conseguir el pan.

Las he visto buscando ser compañía, ser amadas y poder amar a un compañero que construya junto a ella ese amor que anda en peligro de extinción.

Dolorosamente, también las he visto ultrajadas, maltratadas, engañadas, abusadas por aquellos en quienes más confiaron.

Las he visto expulsadas de sus hogares, las he visto con adicciones, con depresiones y corajes ante la falta de una vida digna. Con interrogantes sobre la vida, con cuestionamientos sobre la verdad de ser mujer versus los falsos esquemas que desvirtúan esa verdad.

Las he visto en muchas manifestaciones, pero con la certeza de que todas reflejan ese rostro de mujer ante el cual hoy rindo homenaje.

Seres creados por Dios por las cuales hoy y siempre agradezco y celebro. Por sus vidas, por las vidas que han parido y las que han ayudado a parir, por las gestas que han protagonizado, porque siguen diciendo sí y fabrican esperanzas.

Mujeres por las cuales pido hoy , para que sean cada día más libres, para que en medio de estos tiempos de amenazas puedan seguir amando y trabajando. Para que reciban la justicia y la equidad que merecen como seres humanos y como mujeres. Para que no dejen de enseñarme lo que es ser mujer.

Lourdes Ortiz

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Bienvenido (a) este espacio de compartir aquello que me dice el amor luego de veinte años de convivir con el dolor y las luchas de mujeres y hombres en Puerto Rico y más allá de nuestras fronteras. Quienes con sus vidas me han ofrecido profundas lecciones sobre lo que es la vida y las razones para seguir apostando al amor como única respuesta...