domingo, 23 de octubre de 2011

INUNDACIONES Y EL ROSTRO HUMANO DE DIOS

Amanece este martes: nipalabras tengo para comentar la situación concreta de nuestra gente. Menosde todo El Salvador y Guatemala. Como somos paisistos pequeños y periféricosy empobrecidos, sin lobbys económicos ni políticos internacionales, comootros países africanos olvidados, ni se nos menciona. No importa. Nadiehubiera dicho en su día que, de un lugar pequeño del imperio romano, naceríauna luz que iluminaría a muchos.

El buen Dios de Jesús ha plantado su tienda, ha construido su vivienda entrelos más pobres. Al ver la carita de las ancianas albergadas en la escuela deSan Marcos Lempa o Jiquilisco, con arrugas, con una sonrisa triste, con ojosbrillantes que miran de frente, con una ropita desgastada por el uso, y unassandalias de plástico en sus pies vi el rostro del buen Dios de Jesús ayeren nuestro querido El Salvador Al contemplar los ojos enrojecidos, con unas lágrimas contenidas saltandoapenas de ellos, mujeres jóvenes, fuertes, luchadoras, probadas en las milbatallas de la vida diaria, familiar y colectiva, con hijos tiernos a sulado que me abrazaban con inmenso cariño… vi el rostro del buen Diositolindo ayer en El Salvador. Al ver a los jóvenes rescatistas voluntarios de sin horas extras de trabajointenso porque la noche se les junta con el día en sus labores en las aguasenlodecidas y enloquecidas podríamos decir de nuestra tierra bajolempeña, viel rostro fuerte y tierno del buen Jesús de Nazaret. Y a Alirio, a Marvin, aNelson, al otro Nelson, a Mario, a Gilberto, a Joche, a Alberto, a Alfredo,a Nohé... rostros jóvenes, rostros decididos, rostros cansados por días ynoches sin dormir y sin dejar de trabajar para que la catástrofe disminuyasus efectos y fuera menor en consecuencias desastrosas para sus hermanos yhermanas humanas, vi el rostro decidido y humano de Jesús llorando por suamigo fallecido al que dio nueva vida.

Al ver un poco al paso, la verdad, la figura de nuestros hermanos policíasprotectores junto a los albergues y en las calles de la zona inundada, y alos uniformes del ejército con seres humanos en su interior, sacandopersonas enfermas, ancianas, ayudando a las mamás, ayudando a los líderescomunitarios en tareas de rescate, vi el rostro humano de Dios que nosenseñó el buen Jesús. Cuando la doctora Luna se movía con un grupo de personal de salud hasta LaTirana y Montecristo y las comunidades más distantes, con riesgo de que lasdescargas de agua de la presa les dejaran aislados a su regreso, o ladoctora Brizuela lavaba los pies enllagados de don Abraham recién salido dedos días en medio de las aguas, o cuando veía a otros jóvenes doctores consus batas blancas y sus estetoscopios en medio de las gentes albergadas o enuna aula acondicionada para ello, y a otro personal de salud con susuniformes oscuros o blancos, veía a Jesús curando enfermos por los caminosde Galilea diciendo: Ten fe, yo estoy a tu lado. A quienes no he visto, pero sé que estaban ahí como ángeles protectoresenviados por el buen Dios, fue a los manejadores de las dos lanchas quetrabajaron sin cesar ayer lunes 17 de octubre de 2011, sacando a la gentepor aguas turbulentas y caminos desconocidos, hasta lugares asequibles parael rescate por tierra.

A todas y todos ustedes, muy queridos y admirados hermanos y hermanas, migratitud personal por haberme acercado mucho más al rostro humano del buenDios de Jesús de Nazaret y a la esperanza de que los humanos somos humanos yvamos camino de serlo un poco más en medio de tanta desgracia por laavaricia desmedida a algunos y la irresponsabilidad egoísta de otros más.(Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos,indicando su procedencia).

ÁNGEL ARNAIZ QUINTANA, angel.arnaiz.q@gmail.com BAJO LEMPA, USULUTÁN (EL SALVADOR). ECLESALIA, 20/10/11.-

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Bienvenido (a) este espacio de compartir aquello que me dice el amor luego de veinte años de convivir con el dolor y las luchas de mujeres y hombres en Puerto Rico y más allá de nuestras fronteras. Quienes con sus vidas me han ofrecido profundas lecciones sobre lo que es la vida y las razones para seguir apostando al amor como única respuesta...