He sentido en cada parte de mi cuerpo cuanto toca seguir descalzándome para poder estar frente a ti Señor.
Descalzarme de mis pensamientos, esos pensamientos producto de las heridas, que me lastiman y restan fuerzas para la oblatividad. Pensamientos que nublan mi semejanza con el Creador.
Descalzarme de mis palabras, aquellas palabras que no edifican, que crean confusión, que no son de esperanzas. Aquellas palabras de las que necesito desvestirme para que todo lo que salga de mi boca sea para el Reino.
Descalzarme en mi corazón, de esa negación de incorporar el dolor como camino de redención, descalzarme de los sentimientos de tristeza o coraje ante aquellas injusticias o eventos que no logro comprender. Ante mis propias carencias frente las cuales severamente soy mi propia juez.
Descalzarme de mi cuerpo, donde por alguna razón se muestran los excesos que cargo, el exceso de comida, bebida mientras otros no tienen que comen ni beber. El exceso de vestido, de cosas que no necesito y me empeño en conservar, el exceso de atención a mi ego, a mis necesidades propias, a los egoísmos que habitan en mi interior.
Descalzarme de mis pies, que no caminan con la voluntad que requiere el proyecto de vida. Que se resisten a caminar más lejos, a abandonar lo conocido, lo cómodo para ir de la mano del amado al encuentro con el amor. De ese amor que es libertad y entrega sin condiciones y que no sé vivir.
Mis pies que han ardido, que he sentido quemarse ante la urgencia del proyecto, al ser elegida y puesta en tierra sagrada. Mis pies que he sentido arder con gran dolor y en los que Dios me ha mostrado el ardor con el que ama y sufre por sus hijos.
He sentido frente a la zarza, el dolor, el estremecimiento, la miseria, los gritos del pueblo y de muchas almas que no han recibido la esperanza de ser amadas.
He visto tanta oscuridad frente a mis ojos que mi cuerpo tembló, mis lágrimas se mezclaban con las de mis hermanos y en medio del fuego ardiente escuche la voz que me decía con firme serenidad “Mi pueblo arde y te quiero en medio de ellos”…
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